Hoy en día, casi todo se puede pagar con tarjetas de crédito. Desde la compra en el súper hasta el Uber para la casa. Y los bancos las ofrecen como si fueran pastillas en piñata. Pero, ¿son realmente una bendición o una maldición? ¿Sabemos usarlas o estamos cavando un hoyo de deudas sin darnos cuenta?
Aquí vamos a despejar dudas y, sobre todo, aprender a usar la tarjeta de crédito sin terminar atrapados en el famoso «ciclo de la deuda».

Primero, ¿qué realmente son las tarjetas de crédito?
Las tarjetas de crédito no son más que un préstamo con forma de plástico. Cada vez que la usas, estás gastando plata del banco, no el tuyo. Luego, al final del mes, toca pagar. La clave es que, si la usas bien, puede ser una gran aliada. Pero si te descuidas, los intereses pueden hacer que termines pagando más del doble de lo que compraste.
¿Cómo funcionan?: explicado fácil y sin cuentos
- Límite de crédito
Es la cantidad máxima que puedes gastar con tu tarjeta. No significa que tengas que gastarlo todo (y mucho menos que lo hagas en un solo mes). - Corte y fecha de pago
- La fecha de corte es el día en que el banco saca cuentas de todos tus gastos del último mes. Importante aclarar que no necesariamente es el mes calendario (del 1 al 30), sino de los últimos 30 días.
- La fecha de pago es el día límite para pagar lo que debes. Si pagas todo, no hay intereses. Si pagas el mínimo… ahí viene el problema. Esto puede ser 10, 15, 20 días después de tu fecha de corte, dependiendo de tu banco y de tu tarjeta. Esto se puede considerar como un periodo de gracia para hacer tu pago sin caer en intereses.
- OJO, no olvides ni confundas estas fechas. Te pasas un día y ya te traban en el banco.
- Pago mínimo vs. pago total
- El pago total liquida la deuda y evita pagar intereses.
- El pago mínimo solo cubre una parte, y lo que queda pendiente genera intereses. Si solo pagas el mínimo cada mes, puedes tardar años en salir de la deuda.
- Intereses
Si no pagas el total, el banco te cobra intereses (que en Panamá pueden rondar el 18-26% anual, o sea mucha plata). Es aquí donde las tarjetas se vuelven un problema si no las manejas bien.
Entiendo, esto es algo que nadie nos dice, y no nos enseñan en la escuela (quedamos mínimo común múltiplo). Por eso es bueno aprender y empaparse de estos temas, y más aun que vivimos en un mundo lleno de información digital en nuestras manos.
Los errores más comunes (y cómo evitarlos)
Tener muchas tarjetas
- Impacto: Bajo
- Solución: No se trata de cuántas tienes, sino de cómo las manejas. Organízate para no sobreendeudarte.
Gastar más de la cuenta
- Impacto: Medio
- Solución: Usa la tarjeta solo si sabes que puedes pagar el total en la fecha de pago.
Solo pagar el mínimo
- Impacto: Alto
- Solución: Paga siempre más del mínimo, o mejor, paga todo.
Avances en efectivo
- Impacto: Muy Alto
- Solución: Es la trampa perfecta. Tiene un interés altísimo y una comisión adicional. Simplemente NO lo hagas.
En lo personal, recuerdo un día que me iba a mudar a un apartamento de alquiler que no estaba amueblado, y pensé: «Es una buena oportunidad para ir comprando mis muebles para mi futura casa». Me dejé llevar y empecé a comprar de todo a la vez, mi tarjeta estaba al límite (también conocido como «tarjetazo», «para eso trabajo», o «es un problema para mi yo del futuro»).
Gracias a Dios pude resolver, y entre mi quincena, el décimo, comer arroz con tuna por varios días y unos ahorros que tenía, pude pagar antes de la fecha de pago y no me cobraron intereses.
La tarjeta no te dice: «Estas llegando a tu limite» o «Esto es más de lo que vas a cobrar en la quincena». No es como el efectivo que vamos viendo visualmente cómo va bajando en la cartera, o la tarjeta clave que si no hay plata sale rechazado.
¿Cómo usar las tarjetas de crédito a tu favor?

Se puede tener una tarjeta de crédito y no deberle la vida al banco? Claro que sí:
- Paga siempre el total: Así aprovechas la conveniencia de la tarjeta sin pagar intereses.
- Usa la fecha de corte a tu favor: Si compras justo después del corte, ganas casi un mes para pagar sin intereses.
- Aprovecha los beneficios: Algunas tarjetas ofrecen cashback, millas o descuentos. Si igual ibas a gastar ese dinero, al menos obtén algo a cambio.
- No dependas de la tarjeta: Si sientes que no puedes vivir sin ella, es momento de revisar tus finanzas.
Es importante aclarar que esto requiere de mucho compromiso y madurez financiera. Las tarjetas de crédito no son para todos. Si sientes que la tentación te hará gastar más de la cuenta, o que te cuesta llevar un control de lo que gastas, no te preocupes, hay alternativas, como tarjetas de débito o usar solo efectivo.
Creo que lo más importante siempre es, no dejarse llevar. Fácilmente una deuda de tarjeta de crédito se puede extender por años y donde quedas pagando 3 o 4 veces lo que gastaste. ¿Realmente vale la pena endeudarse por ese celular nuevo?
Algo que no ahondaré mucho hoy, pero es importante también. Las tarjetas de crédito no son para emergencias. Es mejor ir ahorrando poco a poco lo que te va quedando cada quincena e ir armando tu Fondo de Emergencia, para salir de apuros, como el sonido repentino del carro, o ese dolor de muela que llevas ignorando por semanas.
Conclusión: ¿Bendición o maldición?

Las tarjetas de crédito no son malas, pero usarlas mal puede ser un problema serio. La clave es entender cómo funcionan y manejarlas con inteligencia. Si las usas bien, pueden ayudarte a construir un historial de crédito, obtener beneficios y hacer tu vida más fácil. Pero si las usas sin control, pueden convertirse en una trampa difícil de salir.
Así que, hermano o hermana que me lees, la próxima vez que saques tu tarjeta para pagar, pregúntate: ¿Puedo pagar esto en la fecha de pago sin problema? ¿Tengo esta cantidad de dinero ahorita en mi cuenta del banco? ¿Realmente necesito esto? Si la respuesta es sí, adelante. Si no, mejor espera. Tu yo del futuro te lo agradecerá.