Antes de que pregunten si estoy loca por confesar esto en internet, aclaro. Ese billete de $100 en la cartera vive ahí como símbolo de algo más grande...
Casi todo se puede pagar con tarjetas de crédito. Y los bancos las ofrecen como si fueran pastillas en piñata. ¿Son realmente una bendición o una maldición?