Siempre cargo un billete de $100 en la cartera…

Siempre cargo un billete de $100 en la cartera…

(Y no es para presumir… o sí?)

Antes de que me pregunten si estoy loca por confesar esto en internet —y antes de que los ladrones empiecen a rastrear mi ubicación— déjenme aclarar algo: ese billete no se toca. Ni para emergencias, ni tentaciones, ni para antojos de sushi un domingo por la noche. Ese billete de $100 en la cartera vive ahí como símbolo de algo más grande.

¿La razón? Manifiesto.

Leíste bien. Cargo ese billete porque creo en manifestar cosas grandes. Porque creo que uno no puede aspirar a tener abundancia si ni siquiera puede ver lo que quiere. No basta con soñarlo, hay que sentirlo.

Verlo.

Tocarlo (bueno, sin gastarlo).

Y si aún no tienes $100 para poner en tu cartera, lee hasta el final…

Lo físico hace real lo mental

Cuando cargas un billete de $100 en la cartera, algo pasa en tu mente. Deja de ser esa cosa abstracta, lejana, solo visible en series de narcos o en reels de gurús financieros. Se vuelve tangible.

Literalmente lo tienes en el bolsillo. Y aunque no lo vayas a gastar, sabes que está ahí. Sabes que puedes. Que no es una fantasía.

Y ahí empieza el cambio.

No es superstición, es programación mental

Hay quienes cargan amuletos. Otros hacen afirmaciones frente al espejo. Yo cargo un Benjamin en mi cartera (leer escuchando Los Benjamins de Tommy Real de fondo).

Porque cada vez que lo veo me acuerdo de lo que quiero atraer: estabilidad, libertad financiera, decisiones sin miedo, grandeza. Es mi recordatorio diario de que la abundancia no es pecado, y que tener dinero no es malo —malo es tenerle miedo.

Pero seamos claros…

No se trata de andar vaciando la cuenta de banco o endeudándote para cargar un billete de $100 si hoy estás en otra etapa. No es la cantidad lo que importa, es la intención. Si hoy puedes poner un billete de $20 o incluso uno de $10, ¡hazlo! Lo importante es que empieces a ver el dinero como algo posible. Como algo que puedes tener cerca.

Porque si no te crees merecedor de $100, ¿cómo vas a creerte capaz de llenar tu piscina con $1,000, $10,000 o $100,000?

En resumen

Sí, cargo un billete de $100 en la cartera.

No, no lo gasto.

Y sí, probablemente acabo de aumentar mis probabilidades de robo al contarlo públicamente (Diosito protégeme).

Pero más allá del relajo, ese billete me recuerda algo muy serio: que la mentalidad importa. Que uno no puede atraer lo que ni siquiera se atreve a imaginar.

Así que si algún día te topas conmigo y ves que saco la billetera pero no toco el billete… ya sabes por qué. No es tacañería. Es visión.

¿Y tú? ¿Qué llevas en tu cartera que te recuerde quién quieres ser?

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